Me gusta una mujer, tiene dos hijos y un esposo que finge quererla. No es perfecta, pero es real, tan real como una sonrisa desprevenida y espontánea .
Ella es lo que deseo, lo que más deseo.“invitala a cenar” me dicen. Pero qué pasará cuando lo haga, cuando acabemos en la cama ¿se convertirá en una más si estoy con ella? Aquella persona que idealice será ahora otra mas del montón, sin nada diferente ¿Dejará de ser la madre perfecta? ¿realmente mi deseo se basa en tenerla a ella o tener la vida de su esposo? Son preguntas que suelo hacerme.
No quiero estar con ella, no quiero que se vaya esa ilusión.
Pero si no lo hago, sera solo eso, una ilusión, algo que añoro y no más. Ni siquiera tendré un recuerdo que me salvara y me devolverá a lo que sentía. A lo que me hacía sentir.
Pero Tampoco quiero que el karma vuelva a mi y me golpee de la misma forma, que al traicionar me traicionen.
Acaso no lo he vivido ya ¿el que me traicionen? no se trata de karma o de merecerlo o no, se trata de que somos humanos, algunos más fieles y otros menos, lo usual y común que siempre encontrarás. Vivir evitando hacer lo que sabes que no quieres que te hagan, no esta mal, lo que está mal es cohibirse y encerrarse en una jaula de prejuicios y falsedades que se caen como cera ante el calor. Si deseas algo, lo haces realidad si es posible.
Ver la vida a través de la vitrina, sin tocar, solo deseando poseer. No suena como la idea más atractiva, pero al menos eso a muchos nos mantiene con vida, ese deseo de tener lo que está detrás del cristal.