Por: Kate NaterasDe: Cultura Colectiva
Mi abuelo, el que cuidó de mí hasta su último aliento.
Mi padre se fue de la casa cuando apenas tenías unos meses de nacida, mamá se quedó a cargo de las cuentas, de su cuidado, de los problemas del hogar… y de una familia: ella, mi hermano y yo. Mi padre se fue porque, evidentemente, nuestra casa no era su lugar, porque la responsabilidad no era “lo suyo”, porque su libertad era mucho más importante que nosotros y está bien. Éramos los tres contra el mundo, los tres contra todo y todos.Mi abuelo tomó su lugar, nadie se lo pidió y aun así sabía que alguien debía darnos una figura paterna, sabía que alguien tenía que decirnos qué era lo que estaba bien y lo que estaba mal .