¿Conoces a alguien que esté deprimido? ¿Tu pareja, un amigo, un familiar…? Si es así, habrás notado que no disfruta de muchas cosas, duerme mal, está más irritable o llora a menudo. Puede que hayas intentado ayudar con amabilidad, pero si ha pasado tiempo y el estado de ánimo no ha mejorado, seguramente hasta sientas cierta crispación y enfado.
Fíjate, que aquí hablo de depresión y no de tristeza .
– Pensar “le echaré de menos” -> es normal, es realista y nos provocará tristeza
– Pensar “nunca volveré a disfrutar” ->es exagerado, distorsionado y nos provocará depresión
Y es que no es nada fácil ayudar a las personas que pasan por una depresión. Cada vez cuesta más comprender por qué no puede mejorar, mientras la apatía y el pesimismo hacen su papel y parecen “cambiar” a la persona.
¿Qué puedo decir yo que ayude?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la forma de relacionarse con las personas deprimidas es muy importante: lo que dices puede frenar o acelerar este proceso de recuperación.
Ahora bien, desde luego debes saber que ni eres la única influencia ni la más importante en que mejore. Los cambios, en todo caso, deberán arrancar desde el interior de la persona. Deberá aprender a ver las cosas de forma diferente y actuar en consecuencia.
Para potenciar tu capacidad de ayudar a una persona deprimida, he descubierto que suelen ser muy útiles las siguientes afirmaciones. Solo es necesario ajustarlas al estilo y situación de cada persona. Empecemos:
Si definitivamente la depresión de tu amigo, pareja o familiar ves que es severa, necesitarás una mano. Apóyate de un psicólogo que te ayude y facilite su recuperación. No te angusties si la progresión no es inmediata, recuerda que a medida que la terapia vaya funcionando su estado de ánimo irá en ascenso.
Si te ha gustado el artículo, déja tus comentarios y ayúdame a compartirlo en Facebook y Twitter! Gracias!