Ayer, acostándome en la cama y mirando al techo suspirando pensé: “que méritos he hecho para merecer esto?”, cerré los ojos y podía sentir como mi corazón se detenía mientras mis latidos eran más fuertes, sentía escalofríos en todo mi cuerpo.

Me había quedado dormido, estaba sumergido en un sueño, pero todo era muy real, pareciera como si el tiempo hubiese retrocedido y volviese a vivir ese día otra vez. No recordaba lo que había pasado, no tenía recuerdos, solo tenia en mi cabeza la frase que había pensado antes de haberme dormido; caía la noche, había caminado casi todo el día por la ciudad sin saber que demonios estaba haciendo, fue entonces cuando empecé a ser guiado por una fuerza en contra de mi voluntad la cual no sabía de donde provenía.

Allí estaba yo, parado frente a un local donde algo me resultaba familiar, mi corazón y mente estaban tan agitados que sabia que ese lugar tenía algo especial y debía estar allí por algún motivo .

Al entrar al local, todo dentro de mi se detuvo por unos segundos, no había algo especial, era alguien especial; aunque estaba ahí nadie podía verme, caminando entre la gente me acerque y ahí estaba yo, bueno mi yo del pasado, sentado frente a ella con cara de idiota, pero a la vez de niño inocente; Sentándome en la misma mesa que ellos observaba detenidamente a la chica, y haciendo esto una voz dentro de mí me preguntaba: “por qué piensas que no la mereces?”, a lo que respondí: “es una chica tan perfectamente imperfecta, tan fuerte y frágil a la vez, no creo que sea suficiente una persona tan normal para alguien tan especial como ella”.

Pasaba el tiempo, la miraba y todo en mi se estremecía, mi otro yo estaba muy nervioso, parecía un hombre petrificado al ver toda la belleza que tenia en frente; Era una chica única, sus labios carnosos le daban un toque de agresividad; eclipsaba con sus hermosos ojos; su mirada me atrapaba, no podía dejar de mirarla; su sonrisa me enamoraba; cuando la veía podía apreciar su madurez, aunque también podía sentir a esa niña sensible, me hacia querer abrazarla; mimarla y complacerla; quererla hasta dar todo de mí, y si fuese necesario tomar un poco de cariño prestado para dárselo.

Fue entonces cuando la voz en mi interior, interrumpiendo me pregunto: “por que piensas en ella como si fuera una diosa sin defectos?”, escuchando esto, y con una sonrisa en mi rostro replique: “se que ella tiene defectos, pero sus defectos no hacen mas que darme motivos para quererla más, respetarla mas e incluso apoyarla en todo lo que pueda.

En ese momento pensé: “es imposible no amar su locura, evitar quererla o incluso tratar de apartar la vista de ella”, fue entonces cuando me di cuenta el por qué estaba ahí, apreciándola, para darme cuenta que esa bella chica con la que me tropecé era lo mejor que me había pasado. Pero todo esto acabara en una tragedia, porque justo antes de poder seguir mi alarma sonó, mi padre me llamo como de costumbre, con una sonrisa en mi rostro no podía creerme el haberme despertado. Y aquí estamos, tu y yo, quien lee y quien narra, yo con hambre y tu probablemente con sueño, pero la vida no es justa al igual que no lo fue conmigo y ese sueño, espero te haya gustado mucho y recuerda, te quiero muchísimo mi personita perfectamente imperfecta.