La necesidad de un cambio
3 Oct, 2019
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Las cosas no siempre son lo que aparentan, existen las diferenciaciones y los constantes cambios. Muchas veces vivimos cosas que transforman nuestra perspectiva exigiéndonos un cambio que no queremos aceptar por miedo a perder .

Preferimos quedarnos dentro de nuestra zona de confort, ese lugar que nos sumerge en un espacio metafórico de ciega aceptación en el que eliminamos toda posibilidad de progreso que terminamos usando como una herramienta de seguridad ante lo desconocido pues si salimos de esa zona "mágica" todo puede ser un peligro y estar lleno de experiencias negativas. Y creo que ese es nuestro principal problema: el conformismo.


Hay infinidad de motivos por los cuales no nos atrevemos a soltar lo viejo para concentrarnos en construir algo nuevo y, en lo personal, creo que es por falta de confianza. Desde niños nos enseñan múltiples conocimientos que nos "sirven" para afrontar una vida sistematizada, pero se les olvida enseñarnos a confiar en nosotros mismos. Y así es como comenzamos a tener miedo de ir más allá, creemos que cambiar es perder algo cuando en realidad se trata de añadir.


Aunque suene irónico, se trata de agregar más kilómetros a esa zona de confort haciendo así que poco a poco se extienda dando paso a nuevos aprendizajes, sentimientos, pensamientos, sensaciones y reflexiones sobre lo que realmente somos para así avanzar hasta donde queramos llegar.


Muchas veces sin darnos cuenta, en nuestra vida cae la última gota que derrama el vaso con agua que contiene nuestra estabilidad haciendo que nos vengamos abajo dejando que el día a día nos afecte. Y como de sorpresa y sin quererlo, llega la necesidad de un cambio, ese que aunque lo neguemos sabemos que realmente necesitamos para aprender a adaptarnos a esas situaciones que no nos dejan estar tranquilos. Aquí es cuando ponemos a prueba nuestra valentía: solo pocos aceptan aventurarse a ese camino de incertidumbre que trae consigo la promesa de un nuevo comienzo.


No es nada fácil, a nadie le gusta salirse de su zona de confort y más cuando no estaba en sus planes. Y aquí es cuando llegamos a una de las etapas más difícil de superar en este proceso : la negación. Comenzamos a quejarnos, culpándolos de nuestro entorno cayendo en nuestra propia victimización y en el juego de las emociones negativas.


Y como cualquier aventura lleva su riesgo, nos topamos con el miedo. Se abren ante nosotros dos caminos: por un lado está ese miedo prudente con sabor a nervios que sentimos como una espinita enterrada en el corazón por no saber si vamos por el camino correcto pero aún con esa incertidumbre, seguimos caminando. Y por el otro lado, está el miedo tóxico, ese que nos lastra y no nos deja avanzar. El verdadero desafío está en no darles a ambos miedos el suficiente poder para que nos afecten al grado de paralizarnos haciéndonos dudar de nosotros mismos. Recuerda: eres capaz de lograr lo que te propongas.


Continuamos con nuestra travesía que muchos la comparan con una caminata por el desierto porque es un momento donde estamos "solos" reflexionando sobre nuestro verdadero propósito. Aceptamos que caímos rendidos ante nuestro dolor y entendemos que así como hay cosas que no pasan por algo, hay otras que por algo no pasan. Experimentamos una nueva realidad integrando todo el proceso vivido que trae consigo el final de la aventura. Entendemos que el cambio se trata de un desarrollo en el que debemos de creer en nosotros mismos.


Es cierto que las cosas llevan su tiempo y aunque esperar nos agote, todo forma parte de un proceso en el que debemos de vivir cada una de sus etapas pues para que algo vuelva a nacer, debe morir. Como todo ciclo natural nos destruimos para reconstruirnos.


Creo que lo más complicado de todo esto es concentrarse en uno mismo. Constantemente somos criticados si queremos salirnos del contexto del que los demás están acostumbrados a vernos. Ese para mi es el error más grave: buscamos aceptación en lugares donde vibramos de diferente manera. Dejemos de ver a los demás y atrevámonos a cambiar porque si lo hacemos, cambia todo. Contaminemos el ambiente con esas ganas de diferenciarnos del resto.


Sé que da miedo aceptar los cambios porque al principio siempre ponen todo de cabeza sacándonos de nuestra órbita, pero ten en cuenta que no hay futuro si seguimos enamorados de nuestro pasado.


Atrévete a tomar ese cambio, acepta que vives en un mundo cambiante y no te puedes quedar atrás. Sabes que no eres la misma persona que solías ser, que viviste un proceso para revelar lo que eres hoy y siéntete orgulloso de eso.

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