Observaba un leve humo ante mis ojos, junto con él, se desprendía el olor más especial que mis fosas nasales han conocido, su piel tenía marcadas leves rayas, era fina y delicada. Tenía una tez un poco más oscura que la azúcar morena al calentarse hasta ciertos grados.. .era pues un delicioso mero a la plancha que esperaba ancioso ser devorado por mi hambre interminable.