Pasa, todo pasa, pero a veces muy lento, otras muy rápido, pero pasa.
Después de tantas cosas vividas a veces parece que te cansas, de que las cosas no funcionen, de dar todo esperando que en algún punto de la vida las personas reaccionen y se den cuenta de lo que están haciendo mal contigo, de todo lo que has dejado por ellos y también de todo lo que has dejado por ti, de hacer tantos sacrificios, te cansas de llorar y también de reír, a veces ser feliz también duele.
Pero siempre hay alguien, que no importa cuando, tampoco el como, ni absolutamente nada, siempre esta ahí, a tu lado, viéndote reír y también llorar, esa persona que te juro que no iba a importar cuán difícil fuera la situación no te iba a dejar sola nunca y hasta el día de hoy así es, no sabes ni como es que llego a ese punto, a conocerte totalmente, y tú también con ella, se conocen tanto como personas, como seres humanos, es como si estuvieras frente a un espejo y la persona que se refleja supiera como vas a actuar o cuales serian esas mil opciones que tienes, es como sí fueran uno mismo.
También te toca estar con esa persona en sus mejores y peores momentos, y no te pesa, no te causa ningún conflicto estar ahí incondicionalmente, porque es una promesa que incluso si no quisieras cumplirla no podrías, porque hay cosas que van más allá de lo que quieres, son mucho más profundas y reales.
Es la única persona con quien puedes ser tú mismo, o incluso dejar de serlo. La única persona a la que le dirías, “No me sueltes, por favor” .
