Me quede esperando por si volvías, rogando diario porque aún conservaras un pensamiento para mí, esperando poder rescatar de entre las heridas nuestra amistad, que en ese punto de máxima angustia descubría como el mayor de mis tesoros en los últimos años.

Tímidamente apareciste un día, tanteando terreno y de apoco fuiste pidiendo una reunión que nos permitiera acortar distancias. Cuando estuviste frente a mi una tibia sonrisa cómplice surgió entre nosotros, la que luego desapareció a manos de las dudas y los reproches, me mantuve estoica mientras te enrostraba el dolor y la decepción que sentía, asumiste tus errores y reconociste también haber recibido el peso de la distancia y la soledad, oí tus tribulaciones y miedos intentando conservar la imparcialidad y anulando las ganas de gritarte con rabia, dije que necesitaría tiempo y asentiste .

Oculte la incomodidad de saberte aun enredado con ella, el recuerdo de aquella noche haciéndome tuya se resquebrajaba un poco más con cada palabra y todos mis ocultos deseos de volver a sentirte mío se retorcían en sus oscuros escondites. No debía quejarme, mi papel seguía siendo el de la mejor amiga y yo tenía mucha responsabilidad en ese rol, había sido yo la que detuvo tus manos la primera vez que intentaron deslizarse bajo mi pantalón, también fuí quien huyó luego de habernos hecho el amor esa otra mañana. No podía sino escuchar con atención cada relato sobre ella y fingir que en todo el tiempo lejos solo extrañe a mi mejor amigo.

No paso mucho tiempo hasta que disfrazados en alcohol nuestros deseos se apoderaron de nuestras mentes y enredados en tu cama, otra vez tus fuertes manos se deslizaron por mis caderas, nuevamente probaba el sabor de tu boca y acompasando nuestras respiraciones nos amamos como lo hacen aquellos que tanto se han extrañado. Me canse de clavar mis uñas en tu espalda y tu solo te detuviste cuando te hartaste de aprisionar mi cintura, abrazados y exhaustos cerramos los ojos para que cuando los abriéramos pudiéramos conservar unos minutos más la intensidad de aquella noche. Mentiría si dijera que no revivo en mi cabeza esas escenas, engaño si digo que no me cuestiono mis sentimientos hacia ti o que no siento miedo de aclarar mis ideas. No sé en qué dirección avanzar porque no sé qué tipo de sentimiento es el que habita hoy en mí.

Hay mucho de miedo oculto bajo mi sonrisa, hay mucha esperanza ahogándose en el corazón, hay mucha desconfianza haciendo nido en los pensamientos, hay tanto que soy incapaz de mencionar y mucho menos de enfrentar.

Hay mucho de miedo, de esperanza y de ilusión en mis silencios…

Hay demasiado de ti en mis pensamientos.