Viejo amigo, viejo compañero te echaré tanto de menos, fuiste mi guía, mi brújula en medio de un mar pernicioso y maligno, no tengo las palabras correctas para todo este vacío que siento en el pecho, siento ganas de correr a tus brazos y no salir de ese refugio tan maravilloso, pero va a ser por poco tiempo aunque lo sienta una eternidad y cuando nos volvamos a ver no te soltaré.
Es por nuestro bien, es por nuetra vida, libertad y armonía, dulce amor por las noches, amigos de risas, juegos y salidas, me enseñaste todo lo que sé; quiero que te vuelvas a dar la vuelta y me mires como lo hiciste con ese amor y dolor de dejarme, me dijiste tantas veces que es solo por un corto tiempo que nos volveremos a ver pero no ha pasado si quiera una semana y ya te echo de menos, siento que es una eternidad toda esta travesía, no poder verte en las mañanas con una taza de café, gritarnos y pelearnos pero al instante reírnos y abrazarnos, nuestros chistes, las risas absurdas, las salidas, el poder abrazarte en la noche antes de dormir, echo de menos eso, el cuarto se siente vacío sin ti, en las noches ruego en silencio porque entrés por esa puerta y me sonrías como solo tú sabes hacerlo, al llegar del trabajo escuchar tu grito desde la puerta llamándome.
Esa no fue una despedida si no un hasta pronto pero es la espera más larga a la que me he enfrentado, te llevaste contigo un pedazo de mi, por favor, te lo imploro, regresa ya, la espera es tortuosa.
Primeros días sin ti.
Primer cumpleaños sin ti.
Primera navidad sin ti.
Primer año nuevo sin ti.
Primer verano sin ti.
Te amo.