Querido escritor:
¿Por qué te disculpas? No encuentro razón que haga viable una disculpa a quien quizá, no tenía pensado vituperar tu obra.
¿Por qué te disculpas por tus escritos?
¿Es que no te la crees?
Que si "Lamento la ortografía". "Una dispensa por la gramática" ."Lo siento por no saber de semántica".
El ingenio lo desarrollas; la impecabilidad la pules, la aprendes y la practicas con el correr del reloj.
Ok, ¿no sabes lo suficiente? Que nadie se entere.
¿Te falla la conjugación? No lo digas.
¿Que cómo se escribe? ¿Que cuál sinónimo? ¿Que si lleva coma? ¿Que cuándo se usa cursiva? ¿Cuándo interrogación?
Se aprende practicando como aprendiste español hablando.
No te descubras ni te vulneres que el primero que debe confiar en sí mismo eres tú.
¿No lo sabes todo? ¡Está bien! García Márquez no lo sabía tampoco.
El tiempo, escritor, es aliado no enemigo.
La práctica, escritor, es maestra no pupila.
La perseverancia, escritor, es reina no mendiga.
La paciencia, escritor, es diamante no carbón.
Lo bueno tarda, como tarda la primavera, pero un día llega como llega la navidad.
Al fin te darás cuenta de tus errores, aprenderás a corregirlos, te darás de topes y ya después unas flores.
Jamás te disculpes por hacer lo que amas, lo que te apasiona, lo que te llama.
Nadie te eximirá de tus propias fallas, sólo tú, con el tiempo y con algo llamado agallas.
Atentamente y con fe: la tinta.