Seguro que todos en un momento dado nos hemos preguntado qué hacer con nuestra vida, cómo vivirla, de qué manera rentabilizarla al máximo.
Personalmente, no concibo mejor modo de rentabilizar la existencia que transitar a través de ella con paso firme, sin detenerse a contemplar las huellas dejadas en el camino, enarbolando con decisión la bandera de la esperanza y luciendo en los labios esa luz que sólo fulge de la auténtica alegría de vivir. Caminar libres de las cadenas del pasado y sin miedo a las acechanzas del futuro .
Ya, ya sé que es una utopía, pero es una utopía bella.