A lo largo de la historia, se han desencadenado peleas, conflictos y guerras en las que los únicos afectados eran quienes no tenían vela en el entierro.
La mejor arma que posee una persona ambiciosa e insensible para dominar a las masas, es el miedo. Primero se debe conseguir que la gente tema y después se les debe ofrecer seguridad ante ese temor.
Un ejemplo muy claro para explicar este punto, es el de Hitler, un dictador nazi (que supongo todo el mundo conoce) quien imbuyó en sus contemporáneos y súbditos alemanes, un gran temor a raíz de la creencia en la extinción y desvalorización de su raza aria, misma que vendía como suprema .Culpó de ello a los judíos quienes ―según él― eran los responsables de "manchar" con su existencia la pureza de su raza. Los alemanes, ante el temor infundido, apoyaron la demencial idea de exterminar a los judíos, con la esperanza de resurgir como raza pura.
Donald Trump, lo manejó de manera similar para sus partidarios, inculcando temor y odio irracional hacia los mexicanos "porque todos son violadores", a los orientales "porque todos son terroristas" y a los inmigrantes "porque todos se gastan los recursos de nuestra nación". Él continúa difundiendo la idea de que su país está sufriendo una crisis a causa de personas ajenas a él, y ahora, quienes lo siguen, creen ilusamente que él es su salvador.
La iglesia es la maestra en esta práctica. Lleva siglos enseñando a sus seguidores a temerle a Dios, a la condena eterna, al infierno, al purgatorio y a un sinfín de ideas absurdas que atemorizan a los creyentes.
Ese tipo de "líderes" hicieron, hacen y seguirán haciendo un excelente trabajo de manipulación mental. Hazle sentir temor a alguien y luego muéstrale que puedes salvarlo. Te aseguro que aunque tus acciones no sean correctas te las va a permitir.
¿Has analizado que así nos tienen los medios de comunicación, la iglesia, la escuela, la sociedad y el gobierno?
Sintiendo miedo por no encajar, por sobresalir, por no seguir las reglas, por ser diferentes, por pensar diferente, por cuestionar lo que nos rodea, hasta por expresarnos. Ese miedo inculcado desde pequeños nos somete y ni siquiera somos conscientes de él.
¿Alguna vez te has preguntado por qué son pocas las personas que tienen la vida de sus sueños? Cuando lo analizas detenidamente es tan obvio: porque nos da miedo hacer cosas distintas a las que estamos acostumbrados; porque entonces dejamos de encajar en el rompecabezas y empezamos a ser víctimas de burlas, ataques y ridiculizaciones; porque aunque no somos felices es mejor seguir haciendo lo que todos hacen.
Creemos que necesitamos seguridad, si no, no habrá tranquilidad, y la seguridad la obtendremos si aceptamos ciertas ideas, ¿verdad?
Yo prefiero mil veces ser diferente, pensar diferente y expresarme diferente. Es la forma ideal de acercarme a quienes piensan de la misma forma que yo, y los que no, solitos se filtran de mi vida.
Deja de escuchar a quienes te prometen seguridad, pero te quitan todo lo demás.
Sé quien de verdad eres. Haz lo que te dé la gana. Piensa como mejor te convenga. Cree en lo que te haga feliz y deja que el mundo ruede.
