Está genial que aspires a convertirte en alguien exitoso; tener el deseo ayuda pero no basta. La razón por la que muchas personas no lo logran es porque se rinden a la mitad.
Un emprendedor, independientemente de todos sus conocimientos y experiencia, debe permanecer fuerte mentalmente, porque en la mente es donde empiezan los sueños, porque decidir renunciar o seguir es algo que se elige interiormente, porque si no te rindes en pensamiento tampoco lo harás en la acción.
La verdad es que nadie se queda a sufrir porque sí .Si sigues adelante es porque sabes que un día la vas a armar y esa mentalidad es exacto lo que se necesita.
Estás enviando al universo la misma idea constantemente:
"Sigo aquí porque confío en mí".
"Ya me vi como el empresario más importante de la industria".
"Veo mi marca como una de las más reconocidas".
Y mientras sufres porque no ves resultados, el universo te está preparando algo que ni siquiera imaginas.
Tú, sigues al frente, siempre esperando lo mejor, no te rindes y un día, ¡por fin!, después de uno, cinco o diez años, ¡boom! Como sucedió con Thomas A. Edison tras miles de intentos con la bombilla eléctrica.
Entonces, ¿común denominador entre exitosos?
* Perseverancia: seguir, seguir y seguir. Aunque no pase nada, aunque no veas resultados, aunque al principio no obtengas dinero.
* Paciencia: esperar el tiempo necesario con la certeza de que ocurrirá.
* Fe: así no tengas la mínima señal de que todo va por buen camino, seguir creyendo en ti, en tu negocio, en tu éxito.
Esto muchas veces no lo comprenden todos los emprendedores. La actitud durante sus inicios lo es todo; ésta se forjará gracias a lo que piensen, porque lo que piensen les hará sentir alguna emoción y la emoción los hará actuar en consecuencia.
Cuando asimilé esto, por fin me quedó claro por qué son pocos los millonarios en el mundo: su actitud no les permitió rendirse jamás.
Cuando se dice que el éxito no es fácil de lograr, no significa que sea porque haya que trabajar muy duro, tener mil habilidades, estudios superiores o ser sumamente inteligentes; no es fácil porque pocos tienen la paciencia requerida, porque pocos saben controlar sus emociones ante la crisis, porque pocos creen en sí mismos cuando nadie más lo hace, porque pocos aguantan las críticas hacia ellos y sus proyectos y porque pocos apuestan por dedicarse a lo que aman de verdad. Eso es lo difícil; se requiere una voluntad inquebrantable y una confianza suprema.
Así que alégrate de que el éxito no sea tan fácil de conseguir porque entonces cualquiera sería exitoso. Pero como tú no eres cualquiera, ¿qué estás esperando?