"Trabaja muy duro si quieres ser exitoso".
"Todos los ricos son malos".
"El gobierno tiene la culpa de todo".
"No hay trabajo".
"El dinero es la raíz de todos los males".
"Todo está muy caro".
"No salgas con mucho dinero a la calle porque te pueden asaltar".
"La crisis económica está dura".
"Prefiero ser pobre y honrado".
"La delincuencia está cada vez peor".
"El dinero es malo, cambia a la gente".
"Sin estudios universitarios no se puede llegar muy lejos".
¿Has dicho una de éstas frases alguna vez? Seguramente, todos en algún momento. Pero ¿por qué lo hacemos? Bueno, sucede que llevamos la vida entera escuchándolas y aunque no nos conste que son reales las creemos .Porque escuchar algo tantas veces dicho por diferentes personas nos hace pensar: bueno si tantas personas lo dicen, es porque debe ser cierto.
Tan fácil como esto: el gobierno, la iglesia y los grandes medios de comunicación, no tendrían el poder que tienen, si nosotros tuviéramos otra clase de creencias.
Crecemos sintiéndonos pequeños seres inferiores ante las "adversidades de la vida", la iglesia necesita reafirmarnos que sin la bendición de Dios no somos nada, y hacer que le temamos es la forma más adecuada de mantener su control sobre nosotros. También nos hace creer que lo que nos sucede es su voluntad, para que nos conformemos con la vida que nos tocó, con los problemas y con las carencias.
La mayoría de la gente dice: "Soy pobre porque Dios así lo quiso". "Si me dio esta enfermedad es porque me está poniendo una prueba". "Si me maltratan tengo que aguantar porque es la cruz que me tocó cargar". Falso, todo eso es falso y lo que te mantiene así es la resignación, precisamente por creerlo y aceptarlo.
Mucha gente cree que ir a misa los libera de sus pecados acumulados y que no importa pecar siempre y cuando se vayan a confesar, la confesión no libera a nadie de lo que sembró y entonces no entienden cuando cosas desagradables les ocurren, ¿cómo? Si van a misa, dan limosna y le besan la mano al sacerdote.
El gobierno también hace su parte, promulgando leyes sin sentido, haciendo lo que les da la gana con el dinero de nuestros impuestos, limitando nuestra libertad de expresión y teniéndonos sometidos ante tantas reglas absurdas, pero el primerísimo lugar sin duda, se lo llevan los benditos medios de comunicación, son más falsos que nada, para empezar, no informan sino todo lo contrario, ¿de verdad crees que las noticias que te presentan son ciertas?
¡Despierta! Ni las noticias y mucho menos los comerciales de la televisión que están constantemente bombardeándonos con toda clase de estereotipos estúpidos de belleza y clases sociales, fomentando la lucha por ideales de partidos políticos corruptos, enseñándonos con sus novelas y series toda clase de desgracias de las que solemos ser "víctimas" y haciéndonos creer que la vida es difícil, mostrándonos que si no tenemos un cuerpo perfecto no valemos, que sin dinero no valemos, que sin estudios no valemos.
Analiza tus creencias, cuestiónalas, pregúntate quién las dijo, por qué, hace cuánto tiempo, tienen que ser ciertas para ti, por qué no creer en lo contrario. Después pregúntate por qué te da miedo salir a la calle, por qué te da miedo enfermar, por qué crees que una crisis económica en el país afectará tus bolsillos, por qué crees que tener kilos de más te hace feo o inferior, por qué crees que si no tienes dinero, usas ropa de marca o no tienes el celular más reciente serás discriminado.
Yo te digo: porque te lo enseñaron. Nadie nace con creencias en el ADN. ¿Crees que quienes están en el poder, lo estarían si nosotros pensáramos de otra manera?
¡Por supuesto que no! Mientras más ignorantes de la verdad estén las personas, más poder, más dinero y más control tienen ellos. Y no se trata de armar una revolución en su contra, de intentar derrocarlos de sus puestos o de odiarlos, ¡no! Se trata de ya no creerles más, de ignorarlos por completo, de empezar a pensar por nosotros mismos, de hacer una vida independientemente de sus actos y decisiones.
Si el gobierno sigue promulgando leyes absurdas, bien por ellos, sabes que una ley no limita tu poder interior. Si la iglesia te trae al papa, bien por ella, sabes que no necesitas que otro ser humano igual que tú, te bendiga o te toque para mejorar tu vida. Si los medios te presentan noticias desagradables, desastres, huelgas, violencia o crisis, bien por ellos, tú sabes que nada fuera de ti puede hacerte daño si no lo has atraído a tu vida.
Pregúntate, pero de verdad, hazlo: ¿Por qué yo, un ser lleno de inteligencia superior no podría lograr la vida de sus sueños? Si no encuentras una respuesta razonable, que no involucre alguno de los mencionados anteriormente, es precisamente porque NO EXISTE. Comprenderás de verdad que no hay imposibles y ahora sí estarás en un camino sin escalas a la vida que siempre has querido tener.