La incertidumbre del momento donde no sabes si hiciste algo mal o es esa persona que tiene problemas y no quiere contarte, no sabes si en algún momento dijiste o actuaste de una manera que le hizo tanto daño que fragmentó toda su relación. Te pones a analizar cada día de cada semana, para ver si realmente fuiste tú la del problema.
Estoy cansada, cansada de lidiar con una incertidumbre constante, con el error crónico, con la duda duradera, ya no quiero seguir siendo yo la del error.
Acepto que me equivoco, acepto que cometo errores, pero ya es hora de hacer una reducció de culpas, no tengo la culpa de su batalla interna, no es mi culpa sus problemas con su novia, no es mi culpa la duda que le generó sus sentimientos cruzados, me disculpo si confundió las señales y chocó, pero no le he dicho que haga las cosas por mi.
Desconozco a esa persona parada frente a mi, ¿qué paso con mi mejor amigo?¿qué paso con la persona que caló muy dentro de mi y descubrió cosas conmigo?¿qué paso con ese aventurero que se perdía en el mar de la estupidez conmigo?
Lo extraño y me duele que no va regresar.
No quiero perderte.