Tu sombra aún me persigue en las madrugadas, todavía siento el roce de tus manos al acariciar mi cabello cuando tenía pesadillas, y es realmente curioso; debido a que nisiquiera recuerdo tu rostro con claridad.
No logro comprenderlo, no te amo en absoluto, pero tu recuerdo… tu maldito recuerdo quema, quema como el magma recién emergido, quema mis heridas haciendo que duelan mucho más…
Pero…¿quién lo diría? ahora me encuentro tratando de sanarme através de líneas que jamás leerás.