Llegaste por obligación y te quedaste, fuiste apoyo en días difíciles y luz cuando oscurecía, entre las risas y el mal genio nuestros mil momentos compartidos se multiplicaron acompañando mi terca soledad, has sido el hombro amigo, el compañero, el igual, siempre caminando, siempre a mi lado. 

Inevitablemente los sentimientos se mezclaron y una mañana con tiernos besos y caricias nuestros cuerpos terminaron fusionándose en solo uno, y ahí, al unísono de respiraciones y suspiros fui cerrando los ojos ante el tacto tibio de tus fuertes manos, ahí apoyada en tu pecho fue que volví a sentir la paz. Acurrucada en tus brazos sentí calmárseme la vida y por unos instantes deseé jamás salir de allí .

Una idiota discusión terminó en una pelea de egos, de terquedad, de orgullo y callarnos tanto nos paso la cuenta. Te fuiste sin decir palabra alguna.

Ahora que no estas, te valoro, te añoro... intenté que volvieras a mi, pero no cediste. Ahora que no estas sé que te quiero a mi lado, que esta bruta alma te espera y quisiera conocer lo que tengo para ofrecerte pero la confusión y el miedo por ahora son muy grandes para mi, no tengo fuerzas para averiguarlo y en el fondo mi corazón súplica que tengas tú la respuesta a mis preguntas. 

No tengo certeza de si esto es amor o falta de atención, pero eres mi alma amiga y anhelo tu regreso. Puedo soportarlo todo con tal de que vuelvas y si tú no me amas, si yo no te amo, si finalmente no nos amamos... Tu amistad es todo por lo que he de pelear. 

Me detengo en medio de la desolación gritando que estoy aquí, que sigo aquí, siempre estoy para ti, para cuando vuelvas, para que vuelvas. Quizás no soy la mujer perfecta que esperabas, pero intento corregir mis errores, tengo las ganas de ofrecerte lo que necesites para poder vivir contigo esa calma otra vez.

Ahora que no estas entiendo cuanto mejor era yo cuando tú estabas.