¿Para bien o para mal? Jamás sabré como juzgar la llegada de estos nuevos medios de comunicación llamados "redes sociales". En lo personal me han servido en ocasiones, gracias a ellas, específicamente de Facebook y Messenger con sus videollamadas, yo pude conocer a mi prima pequeña, pude ver como se movía, como caminaba, ella sonreía por la cámara y yo lograba sentir una fuerte conexión con ella, quizás nunca tenga el dinero suficiente para conocerla en persona pero con solo verla un sentimiento cruzó desde Canadá hasta Chile en cuestión de segundos .Otro caso es el de mi abuela, que tiene a la mayoría de sus hermanos y familiares dispersos a lo largo y ancho del país, ella reconoce que gracias a sus redes sociales ocupa menos dinero y puede verlos y charlar con ellos por varias horas. Sin embargo hay detalles que me han hecho creer que por más útil que son las redes sociales también hay algo que hace que las desprecie, que es el uso incorrecto de ellas. Muchas personas comparten su estilo de vida a través de imágenes en Instagram o Facebook, con el fin de que su círculo cercano conozca y esté al tanto de las actividades que realiza, las condiciones en las que se encuentra o los lugares que ha visitado, pero también existe el tipo de gente que busca ampliar el alcance de sus redes sociales, ¿con qué sentido? ¿a nadie le basta ver las atrocidades que han ocurrido a través de estos medios, como los fraudes cibernéticos, o las adolescentes que conocieron un príncipe azul con el que se juntaron para ser abusadaa?

Muchos dicen que en redes sociales han conocido gente que les ha ayudado en sus problemas, quizás en alguna tarea de colegio, en algún trabajo de diseño, entregando explicaciones de un programa computacional, entre varias otras cosas, como también han encontrado el amor. ¿Pueden ver lo vulgar de la situación? Aparentamos y ostentamos lo mejor de nosotros a través de una pantalla para captar la atención de otros, derivando fuertemente en el sedentarismo, hemos perdido esa costumbre de buscar las cosas, de luchar por conseguir algo o conquistar a alguien.


Sinceramente es lo que más odio de las redes sociales, esos estereotipos de relación donde creen que todo debe ser perfecto, donde el dinero puede comprar felicidad, ese tipo de imágenes hacen desear otro tipo de personas, dejando a un lado las verdaderas personas que somos. En Instagram pueden verme en la cordillera y con ropa de montaña, pero no soy una persona que practique el trekking. Pueden ver fotos mías en la playa, y aún así le tengo miedo a entrar al mar. Eso es a lo que voy, ¿por qué queremos ser como otros? ¿por qué dependemos de un like o un comentario? ¿de qué sirven millones de seguidores, si cuando tu vida se vaya a la mierda por cualquier motivo nadie va a estar contigo más que tu familia? Más que dar importancia, se debe aprender a utilizar este medio, y yo sé que se puede, porque antes era un adolescente que pasaba días enteros en Facebook, hasta que me di cuenta que mi abuela, mi padre y madre envejecían, mis hermanas crecían y aprendían cada día más, y esas experiencias uno necesita vivirlas en carne propia, no publicando un saludo o una foto con una breve descripción. Yo no amo ni odio las redes sociales, pero si amo mucho la vida, la tierra y a mi pueblo, así como también odio los prejuicios, el sedentarismo y la ignorancia.
Espero respondan esta publicación con un comentario, alguna acotación o anécdota más que con una crítica a mi pensamiento. Saludos a todos desde Chile.