Series, melodramas, soap operas, novelas, o culebrones turcos: cuántos nombres para una sola calamidad, como diría nuestro querido Benedetti. Acá en mi país son muy populares, yo diría que demasiado, entre las amas de casa y aquellos que quieren matar el tiempo de alguna forma, como si el tiempo estuviera para matarlo .Temporadas y más temporadas de ciento y tantos capítulos. La trama inicial se enreda de tal manera que parece par de audífonos en tu bolsillo. El punto es que yo solo había visto una, y porque solo duraba unos 80 capítulos, y dada esa experiencia ya no tenía ninguna intención de ver otra. Error, por algo dice el dicho “no digas de esa agua no beberé, porque el camino es largo y te puede dar sed”. Y a mí me dio sed.
Y aquí estoy, terminando de escribir esto para ver el capítulo 70 de Huérfanas. Huérfanas que no son huérfanas pero que al final sí son huérfanas y que solo hay una verdadera huérfana. Así de complicado, o más bien así de simple. Muertes por todas partes, al estilo Game of Thrones, no te encariñes con ningún personaje que en el próximo capítulo le dan boleto para el otro mundo. Bueno, en realidad murieron los padres de una de las chicas, y adivina qué, el novio de la misma… también. No he llegado a esa parte aún, pero me fui de curiosa y lo ví. Las otras muertes son chismes de youtube, sí, lo sé, no se puede confiar en todo lo que uno ve en youtube. Pero con lo dramáticos que son, a estas alturas no dudo nada. Otra cosa que no soporto es la lloradera que forman. Está bien al principio, uno se sensibiliza un poco y tal, pero no toda la novela, por favor con el drama. Algo que siempre me ha ocurrido con los culebrones ha sido que me gustan más las tramas que se desprenden de la principal, que la principal en sí. Estoy peleada con los protagonistas. Debe ser eso, o que las demás me divierten más.
Y tú te preguntarás, porque hasta yo lo hago: Entonces, ¿por qué ves la novela? Y te puedo responder con dos palabras: chicos guapos. (Risas) Mentira. Media mentira. La verdad es que dentro de toda esa locura, muertes y llantos, la novela enseña muchos valores. La importancia de la familia y los amigos. El valor que tiene el trabajo. El precio de nuestras acciones. El dinero, rey y gobernador, ese que creemos nos va a solucionar todos los problemas, y al final es otra tragedia más; la vida no se compra. Cuando el dolor no te mata te hace más fuerte. Algo más, soy de las que les gusta mucho aprender sobre la cultura de otros pueblos, y a través de Huérfanas he aprendido algunas cosas; me hizo buscar en Internet de qué está hecho el té rojo ese que viven tomando. Y nada, ahora me voy a verla. A matar el tiempo, aunque el pobre no deba morir. A babearme un poco con uno de los chicos, que yo digo se parece al Principito. Y a ser feliz mientras disfruto de un famoso té color rojo.