"La amabilidad es un idioma universal que el corazón entiende. ¡Regala sonrisas y gestos que hagan el día de alguien más brillante!" La amabilidad funciona como un idioma universal que todas las personas comprenden, directamente al corazón. No importa el origen o la lengua de alguien, un gesto amable siempre se percibe. El corazón parece tener su propio entendimiento de la bondad. No es necesario realizar grandes acciones; a veces, una sonrisa o un pequeño detalle bastan para alegrar el día a otra persona. Compartir estas acciones positivas puede generar mucha buena energía. En un mundo ajetreado, donde a veces cada quien parece concentrado en sus propios asuntos, recordar que un poco de amabilidad puede hacer la diferencia es valioso. Conecta a las personas, les recuerda su humanidad y su necesidad mutua. Por lo tanto, compartir sonrisas y gestos amables contribuye a que el día de todos sea un poco más brillante.

PERSONAS DE ARENA Hay personas que llegan como un beso sutil, como el agua del mar que acaricia a la orilla, son como la arena, a veces un poco hostil, pero necesarias para construir nuestra maravilla. Son granos de arena en el vasto desierto, que forman un camino hacia nuestro destino, te dan un polo a tierra, un refugio cierto, y en su abrazo cálido, hallamos el camino. Te decoran los bordes con risas y abrazos, te inundan de amor y te dejan crecer, como un castillo erguido entre los ocasos, te recuerdan que vivir es también aprender. Son esas personas que vienen y van, que dejan huellas en nuestra memoria, y aunque a veces son tormentas en el afán, también son la calma en nuestra historia. Así que agradezcamos a quienes son arena, por cada momento que nos hacen sentir, porque en su presencia hallamos la vena que da vida a nuestro sueño por construir.