¿Alguna vez te has grabado hablando y, al escucharte, te has sorprendido al escuchar una voz que no parece la tuya? La mayoría de las personas pasan por esta experiencia y, en muchos casos, terminan odiando el sonido de su propia voz. Pero, ¿por qué sucede esto y qué puedes hacer al respecto? La respuesta tiene mucho que ver con la manera en que escuchamos nuestro propio sonido y cómo se percibe de manera diferente cuando lo escuchamos grabado.
Cuando hablas, el aire de tus pulmones pasa a través de las cuerdas vocales, lo que genera una vibración que se convierte en sonido .
El problema surge cuando escuchas una grabación de tu voz. En este caso, solo escuchas la vibración aérea, lo que hace que tu voz suene más aguda de lo que estás acostumbrado. Esto crea una desconexión entre lo que tú percibes como tu voz y lo que otros escuchan, y es una de las razones por las que la mayoría de las personas no pueden soportar el sonido de su voz grabada.
Pero no es solo una cuestión de resonancia. Existe un fenómeno psicológico conocido como el "efecto de exposición", que dice que cuanto más nos exponemos a algo, más nos gusta. Esto significa que estamos tan acostumbrados a escuchar nuestra voz junto con la resonancia de los huesos, que al escucharla sin esa vibración, nos parece extraña y nos da la sensación de que suena mal. De hecho, solemos pensar que nuestras imperfecciones vocales son mucho más notorias de lo que realmente son.
Curiosamente, este fenómeno no solo afecta a las personas comunes. Los locutores, actores de doblaje y cantantes pasan por un proceso similar. Muchos de ellos entrenan su percepción de su voz mediante un proceso llamado "entrenamiento de exposición". Esto implica grabarse constantemente y escuchar su voz hasta que se acostumbran a ella tal como es. Además, aprenden a modularla, a hablar de manera más pausada y controlada, y a usar equipos de grabación de calidad, lo que mejora la manera en que su voz es captada. De hecho, muchas veces el problema no está en la voz, sino en cómo un mal micrófono puede distorsionarla.
Así que si te sientes incómodo con el sonido de tu voz, no te preocupes, no estás solo. Todos pasamos por eso en algún momento. La clave está en darle tiempo a tu mente para adaptarse y cambiar tu percepción. Si eres constante y te acostumbras a escuchar tu voz tal como es, con el tiempo podrías empezar a sentirte más cómodo y hasta orgulloso de ella. ¡Recuerda que tu voz es única, y no tiene por qué ser perfecta para ser valiosa!