El niño con las rodillas lastimadas
13 Jun, 2024
Tiempo de lectura aprox. :
10 min.
0 votos
 

Capítulo 1: Padre e Hijo

 

Me llamo Andrés, tengo 12 años, vivo con mi papá. El se llama Abba, la relación que tengo con él es maravillosa, me enseña cada día algo nuevo, lo único que quiero es hacerlo feliz, juega conmigo, nos divertimos mucho .
Mi papá es de esas personas sabias, llenas de misterios, causa una gran intriga aprender más de él. Por eso, las tardes suelen ser mis momentos favoritos del día, ya que se dedica a explicarme cosas increíbles. 

Papá me mostró ciertas reglas que debo cumplir para que me vaya bien en la vida, una vez me dijo: Hijo mío, si quieres ser como aquél cedro que es un árbol grande y fuerte debes prestar atención a la sabiduría que comparto contigo. De esta forma, serás un hombre prudente que pensará bien antes de tomar una decisión importante. 

Mi querido papá siempre me demostró su amor, realmente no hay otro como él, cuando la estaba pasando mal el estuvo presente, me consoló y me abrazó. Lo considero mi hogar, mi lugar seguro. Me esfuerzo mucho por hacerlo feliz haciendo buenas acciones tratando de enmendar las faltas que cometo. 

 

 

Capítulo 2: Rodillitas lastimadas 

 

Un día papá me dijo que no debía estar afuera por la noche porque el bósque es peligroso, sin embargo, mis amigos golpearon la ventana de mi habitación, me insistieron en ir avivir una gran aventura, traté de ser lo más cauteloso posible para que papá no se diera cuenta, llevamos nuestras linternas y salimos a investigar, sabía que no tenía permitido salir a altas horas de la noche, pero fue fascinante la experiencia, me sentía libre, podía escuchar los sonidos extraños de los animales, y con mis amigos nos llevamos cada susto, luego fueron anécdotas de risas. 

 

Debo admitir que romper la regla era mi debilidad, me encantaba exponerme al aire libre y hacer lo que quisiera, fue convirtiéndose en un hábito, pero cuando regresaba a mi habitación sentía remordimiento, ¿cómo podía traicionar a mi papá si siempre ha sido tan bueno conmigo?. No obstante, cada vez que Fede y Tiziano me invitaban a explorar, no podía negarme. 

En la última salida nos adentramos en lo más profundo del bósque, oímos un ruido extraño, era un animal desconocido que se movía velozmente por los arbustos, comenzamos a correr como antílopes, ocurrió que tropecé con la raíz de un enorme arból y me estrellé contra el suelo, traté de levantarme, pero tenía las rodillas severamente golpeadas, sangraban mucho y no podía contenerme. 

Fede me dijo: - Vamos a llevarte con tu papá, él sabrá que hacer. 

- Yo le respondí: ¡NO! De ninguna manera, si me encuentra en este estado no va a perdonarme, no quiero ver su reacción y la decepción en su rostro, no podría soportarlo, tantas veces que me ha advertido y no le hice caso. 

- ¿Puedo quedarme en tu casa? - le pregunté a Fede.

- Sí, le diré a mi mamá que nos ayude, dijo Fede. 

- Claro que no, ella le contará a mi papá y no debe saberlo, vamos a tu habitación, intentaremos cubrir las heridas. - Le respondí. Entonces me levantaron y realizamos el plan. 

 

 

Capítulo 3: Reconciliación

 

Ese día mi papá tuvo un mal presentimiento, entonces abrió la puerta de mi cuarto, y comprobó que no estaba allí, se preocupó tanto que no le dió tiempo para cambiarse, fue a buscarme desesperadamente. Primero fue a preguntar en casa de Tiziano, pero su abuelo le dijo que yo no me encontraba allí, después se dirigió a casa de Fede, y la mamá le dijo que no sabía nada, pero que iba a preguntarle a su hijo si estaba enterado de algo, entonces subió las escaleras y abrió la puerta, descubrió que tratabamos de detener la sangre producida por las lesiones. Papá se acercó y observé que estaba aliviado de saber que estaba a salvo, sin embargo, triste a la vez debido a la situación que ocurría, me alzó, y me llevó al hospital. En todo el trayecto no nos dirigimos la palabra. Me vendaron las heridas. Permanecí hasta el día siguiente en aquel lugar. Él estuvo conmigo en todo momento. 

Luego, cuando llegamos a casa, comencé a llorar, le pedí perdón por haberle fallado y preocupado demás. Sinceramente pensé que estaría molesto conmigo, que no me hablaría, pero me dijo: Andrés, hijo mío, lo importante es que estás bien, estás acá junto a mi, en casa. El error que cometiste ya pasó, no nos quedemos en el pasado, sin embargo, con este hecho ocurrido te diste cuenta que mis enseñanzas son para tu bien, la próxima vez sabrás andar con más cuidado. 

 

 

Capítulo 4: Amor Incondicional

 

Papá me dijo: Cuando te accidentaste no acudiste a mi, y te fuiste a otro lado para que no me diera cuenta, esto me hace creer que pensaste que dejaría de amarte, pero hijo mío, no hay nada que puedas hacer para que yo deje de hacerlo. Eres mi familia, me preocupo mucho por ti, claramente habrá ocasiones que deberé corregirte, en otras, aprenderás por ti mismo, porque no eres perfecto. Pero siempre estaré dispuesto a ayudarte y abrazarte en los momentos de dolor. Eres mi tesoro más preciado. 

Si te pierdes, dejaré lo que esté haciendo para ir a buscarte, aunque me lleve trabajo, lo haré y si un día te enojas conmigo, quiero que sepas que seré compasivo y paciente contigo. Porque mi amor no se mide por lo que hagas o dejes de hacer. 

Cuando papá me expresó esto, le dije que aunque me equivoque intentaría prestar atención a sus instrucciones, aún si no me agradasen, para demostrarle que verdaderamente lo amo. 

Él es sorprendente, no merezco tener un padre así, cada día agradezco de tenerlo en mi vida. 

 

 

 

 

 

Aclaración: los personajes mencionados en el relato son ficticios.

 

1.6K visitas
Valora la calidad de esta publicación
0 votos

Por favor, entra o regístrate para responder a esta publicación.

Publicaciones relacionadas
Adimvi es mejor en su app para Android e IOS.