Qué fácil es ser los mejores amantescuando no somos amantes,cuando solo somos las palabras que tecleamoso las afirmaciones que juramos.Qué fácil es decir ser mejor amantecuando no lo estás demostrando.Todos somos los mejores de boquilla,tras la valla, con la palabra y la prisadel que quiere destronar al verdadero amante.En la puesta en juego, todos somos iguales.Un tanto desastres.