Recuerdo el primer día que lo vi, no sabía quién era ni como sería nuestra historia, tenía un brillo en sus ojos y una de las más bellas sonrisas. Su inteligencia, carisma y belleza hacía que resaltará entre tantos, tan único y perfecto.
No sabia que después de tantos años sentiría que el corazón me explota de emoción cada vez que llega un mensaje de él o cuando me mira y me sonríe.
Tantas ganas de decir lo que siento pero tanto miedo por perderlo.
No se en que momento o lugar empecé a sentir esto pero cuando me di cuenta estaba metida hasta el cuello.
Un dilema cada día en decidir si debo confesarle lo que siento por él o seguir reprimiendolo y no perder su amistad..